Diferencias entre artrosis y artritis

Artrosis y artritis son ambas enfermedades que afectan a las articulaciones, y pueden ser confundidas por sus características. Sin embargo, en el siguiente artículo –extraído de portales como Vitónica y Mejor con Salud, explicamos las diferencias más importantes entre estas dos dolencias tan frecuentes en los mayores, en especial entre mujeres con edades comprendidas entre los 45 y los 70 años, que no son incurables.

Artrosis y artritis son patologías relacionadas con las articulaciones, que causan dolor y reducen la calidad de vida. A pesar de que ambas tienen causas distintas, sí que comparten un denominador común, que además nosotros podemos controlar: el exceso de peso es uno de los factores que aumenta la posibilidad de sufrir estas enfermedades.

¿Qué es la artrosis?

Se trata de una enfermedad en la que se realiza una degeneración del cartílago de una articulación de forma gradual. En alguno casos esta estructura elástica y fibrosa puede llegar a desaparecer por completo. Por norma general se sitúa sobre los extremos de los huesos para protegerlos del rozamiento que se produce durante los movimientos. También se trata de una enfermedad crónica.

Podemos diferenciar entre artrosis primaria (no presenta una causa conocida) y secundaria (podemos identificar un desencadenante). Por ejemplo, enfermedades congénitas, traumatismos, artritis, la gota, etcétera.

Normalmente afecta más frecuentemente a mujeres y personas mayores de cincuenta años. Otros factores de riesgo comunes son la obesidad, la menopausia, presentar antecedentes o realizar actividades repetitivas. Esta condición se da en ciertas modalidades deportivas e incluso manteniendo una determinada postura al trabajar.

Podemos distinguir o destacar una serie de síntomas frecuentes de esta enfermedad. Por ejemplo, dolor que se presenta en el inicio de la enfermedad al realizar cualquier movimiento con esa articulación aunque luego aparece también con el reposo en etapas más avanzadas.

También puede padecer inflamación, crujidos, rigidez, nódulos subcutáneos e incluso deformación del área afectada que dificulta el movimiento cotidiano. Normalmente suele afectar a ciertas articulaciones. Es el caso de la artrosis de columna vertebral, de las manos, de la cadera y de las rodillas.

Asimismo, dentro del diagnóstico se incluye tanto una revisión física como otros procedimientos médicos. Incluimos el diagnóstico por imágenes procedentes de radiografías, ecografías de la articulación en cuestión e incluso la Resonancia Magnética (RM). Así, el equipo médico también puede analizar otras sustancias como la sangre, la orina o el líquido sinovial de la zona afectada.

Por otra parte, el tratamiento para esta dolencia está enfocado en aliviar los síntomas que pueda padecer el paciente y ralentizar en la medida de lo posible su evolución.

¿Qué es la artritis reumatoide?

Esta alteración provoca una inflamación de la membrana sinovial, una fina capa que recubre y protege el interior de la cápsula articular fibrosa. Esta capa también produce líquido sinovial que lubrica y protege a las articulaciones de traumatismos. Asimismo, el paciente la padece durante el resto de su vida por lo que se denomina una enfermedad crónica.

Por norma general es simétrica, es decir, la inflamación aparece en la misma articulación de cada extremo del cuerpo. Poco a poco, el trastorno puede desgastar otras estructuras internas cercanas, normalmente huesos y cartílagos.

Actualmente se desconoce la causa concreta que provoca el desarrollo de este problema. Sin embargo, se han identificado ciertas factores de riesgo que aumentan las probabilidades de presentarla. Por ejemplo, algunas enfermedades y la predisposición genética (aunque no se trata de una enfermedad hereditaria).

También se ha comprobado que afecta más a mujeres y aparece con más frecuencia en personas entre cuarenta y sesenta años.

El paciente suele presentar una molestia de intensidad variable en articulaciones pequeñas y medias. Por ejemplo, las articulaciones que se encuentran en los dedos y las muñecas. Por tanto, no suele afectar a las rodillas, la cadera, los hombros etc. En algunos casos clínicos los sujetos presentaban una sequedad en la boca y rigidez en las articulaciones por las mañanas.

Otras señales frecuentes asociadas a esta alteración son cansancio o debilidad, debilidad muscular, rigidez del cuello, hormigueo en las extremidades y la presencia de pequeños bultos en la piel (nódulos subcutáneos). Si se desarrollan otras complicaciones el paciente puede padecer otras alteraciones.

Por otro lado, dentro del diagnóstico podemos diferenciar entre el examen físico y otras pruebas médicas. Por ejemplo, el análisis del líquido sinovial y la obtención de imágenes como la radiografía o la gammagrafía. El equipo médico correspondiente también puede realizar análisis de sangre y de orina para descartar otras patologías.

Finalmente dentro del tratamiento encontramos una combinación entre sesiones de fisioterapia y medicamentos para aliviar los síntomas de la artritis (no llega a curarla). Estos fármacos reducen la inflamación de manera considerable, mejorando la calidad de vida del paciente.

En definitiva, artrosis y artritis reumatoide son enfermedades frecuentes sobre las que puedes leer más pinchando aquí y aquí.

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