Síndrome del cuidador quemado entre quienes ayudan a dependientes o ancianos

El cuidador se desgasta emocional y físicamente, y eso puede generar rechazo hacia el dependiente. Todo ello puede desembocar en el llamado Síndrome del Cuidador Quemado. Una afección se caracteriza por un profundo desgaste emocional y físico de la persona que cuida al dependiente. Además, destaca que, si cuidador y dependiente conviven, este desgaste es aún mayor.

El portal Infosalus nos cuenta que estar pendiente de una persona mayor o de una persona dependiente significa ayudarle, respondiendo a sus necesidades básicas, e intentando mantener su bienestar con la mayor calidad y calidez. El cuidador principal es la persona que asume la responsabilidad de cuidar y la supervisión de los cuidados.

Síndrome del Cuidador Quemado

Generalmente, esta responsabilidad recae siempre en una persona, aunque puede apoyarse en otras. Esto requiere responsabilizarse de todos los aspectos de la vida del dependiente: higiene, alimentación, vestido, medicación, o seguridad, por ejemplo.

Estas personas adquieren una responsabilidad que les lleva a perder paulatinamente su propia autonomía, y lo peor de todo es que no saben durante cuánto tiempo va a ser así. Tener que afrontar esa sobrecarga física y emocional que supone la dedicación continuada al cuidado muchas veces conlleva a la persona cuidadora hasta el límite y a verse sobrepasado por la situación.

Algunos consejos para el cuidador

Con el fin de mejorar la calidad de vida de quienes cuidan, Infosalus considera conveniente:

  • Pedir ayuda (a familiares, amigos, profesionales o Grupos de Ayuda Mutua -GAM-). Hay que asumir que uno ha llegado al límite de sus fuerzas si esta situación se produce, sin miedo y sin sentimiento de culpa.
  • El sacrificio total no tiene sentido. Por eso, el cuidador nunca debe olvidarse de sí mismo. Tiene que preocuparse por su alimentación y procurar realizar ejercicio físico, ya que así se eliminarán las toxinas del cuerpo y se despejará la mente.
  • Tomarse descansos diarios es muy positivo. Por ejemplo, es bueno reservarse una hora diaria para asuntos propios y un descanso semanal fuera del contacto directo con el dependiente. Hacer planes con amigos y familiares debe ser una prioridad.
  • Debemos aprender a poner límite a las demandas que sean excesivas por parte de la persona a la que se cuida. Hay que saber decir no, sin sentirse culpable por ello. Al igual que es importante manifestar las propias frustraciones, los temores y los resentimientos como vía de escape emocional.
  • Otro punto importante es marcarse objetivos a corto plazo que sean factibles a la hora de cuidar. Para eso, hay que planificar las actividades semanales y diarias, estableciendo qué es lo más importante. Una mejor gestión del tiempo proporcionará mayor sensación de control sobre la situación.
  • Y por último, tanto en beneficio del cuidador como del cuidado, es aconsejable fomentar la autonomía del dependiente. Hay que fomentar que realice todas aquellas actividades que pueda por sí mismo, aunque lo haga lento o mal.

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