¿Ha escuchado hablar recientemente del término anglosajón Silver Economy hablando de grandes tendencias de consumo? Las empresas comienzan a prestar toda su atención hacia los mayores, por motivos demográficos (en 2060 serán uno de cada tres habitantes) y económicos: son y serán los grandes consumidores, por pura lógica. Un artículo del diario 20Minutos nos habla del tema.
Desde que el capitalismo es capitalismo, las empresas siempre han buscado objetivos de consumo: grupos lo suficientemente concurridos como para que sus productos encuentren salida. Durante años, su meta fueron los baby-boomers, una generación nacida en los 60 que llegaron a finales de siglo XX con la necesidad de consumir, hipotecarse, procrear o comprar pañales, explica a 20Minutos Laura Rosillo, especialista en gestión de la edad.
Futuro motor del consumo
Ellos serán las estrellas futuras del mercado. Abuelos de 65 años, personas ya han amortizado la hipoteca, han emancipado a sus hijos y dedican su vida a decidir cómo consumir su pensión. «Sus necesidades tendrán un efecto significativo en mercados existentes o emergentes», apunta la Comisión Europea en su iniciativa Smart Silver Economy —el apodo que referencia el color plateado del cabello— que calcula que en 2060, uno de cada tres europeos tendrá más de 65 años.
«Vamos a una sociedad de casi centenarios, cuidados por septuagenarios que son a la vez cuidados por los hijos de los actuales inmigrantes y por la tecnologías», añade en el artículo el consultor y sociólogo Juan Carlos Alcaide. Su aseveración viene soportada por cifras. Casi 8,9 millones de españoles superan los 65 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuando a comienzos de siglo eran apenas siete y su poder adquisitivo era inferior: la pensión media de jubilación entonces era de 539 euros y ahora asciende a 1.083 euros.
El mercado ya refleja el cambio: residencias, gerocultores, acompañantes, alimentos vitaminados, paquetes turísticos senior, gimnasia de mayores, cremas antiedad y hasta fabricantes de platos de duchas hacen el «agosto generacional». Hace una década, bienes testimoniales. Hoy, motores de consumo. Y más en España, donde la esperanza de vida (83 años) solo la supera Japón y donde los mayores de 50 años (18,3 millones) duplican a los menores de 18 años (8,8).
20 millones de consumidores
Es a este nicho de casi 20 millones al que se dirigirán las empresas de todo sector. Los hogares de mayores de 65 años son los que más gastan más en alimentación —4.271 euros, doscientos por encima de la media— y sus necesidades especiales no pasan desapercibidas a los tenderos. «El envejecimiento poblacional es el factor que más influye y más influirá en nuestro sector», explica a 20Minutos José Ignacio Magarzo, director general de Asedas, la patronal de los supermercados.
Asedas considera que los mayores consume más productos frescos, sanos, fáciles de preparar y consumir, de volumen y tamaño reducido, enriquecidos y funcionales. «Se preferirán productos que mantengan la salud más tiempo… y es lógico pensar que los infantiles y menos sanos perderán peso», asegura Magarzo.
A medida que envejece la población, más necesidad hay de residencias. En España existen 4.139 privadas con huecos para 284.200 personas, según el Observatorio Sectorial DBK, así como una «mayor demanda, un aumento de ocupación y una tendencia al alza de los precios». Se paga por ellas 1.500 a 1.800 euros de media y a cambio reciben servicios médicos, alimentación saludable y compañía. Pero este modelo actual puede no ser el único. ¿Qué hay de lugares que les permitan vivir solos en su casa pero estar con amigos en grupo cuando lo deseen, compartiendo los seguros, los médicos o la lavandería?
Robótica doméstica
Desde humanoides de acompañamiento para que los mayores no sientan solos (como Snow) a brazos articulados para alimentar a los dependientes (como TIAGo), la robótica va a jugar un papel fundamental. Y a medida que se extienda su producción, más asequible será su precio. La UE otorga ya financiación a empresas que trabajan en robótica de ayuda a dependientes.
El INE calcula que un tercio de los mayores de 65 años es dependiente. Algunos necesitan cuidado continuo. Otros, quizás solo requieren asistencia puntual en el hogar. De cualquier modo, se tiende más a la profesionalización de este sector porque los familiares, en muchos casos, no pueden dedicarse al cuidado de sus mayores. Además, no todos pueden pagar una residencia y solo pueden alcanzar a pagar los 700 u 800 euros del auxilio a domicilio.
Se envejecerá con mejor salud, pero los años no perdonan. Cierto tipo de artículos pensados exclusivamente para los mayores está normalizando su uso. Y aquellos relacionados con la dependencia (como camas especiales o grúas), así como los teléfonos de teclas grandes o los localizadores por GPS para mayores que se desorientan, gozan incluso de subvenciones específicas, del 10% al 100%, en función de los ingresos de la persona mayor. Se busca la adaptación de viviendas y reforma de los baños, para intentar que los mayores se mantengan en sus casas el mayor tiempo posible.