Mejor estar compenetrados en la educación de los hijos

Unos cuantos consejos, sencillos de llevar a la práctica, pueden ayudar a los padres a permanecer compenetrados. Algo imprescindible en la educación de los hijos, cuya piedra angular –a veces tan difícil en los tiempos que corren– no es otra que una sencilla comunicación constante.

Cuando tenemos hijos, nuestra mayor preocupación es cómo educarlos y sobre todo cómo hacerlo bien. Para no encontrarnos con problemas en el futuro es totalmente necesario que ambos progenitores «estén en la misma página».

Media hora de charla al día

Que se pongan de acuerdo para que su compenetración sobre la educación de sus hijas e hijos reduzca al máximo momentos incómodos e inadecuados, en los que se contradigan el uno al otro delante de los menores, además de evitar caer en situaciones en las que uno de los dos le quite la autoridad al otro.

Para conseguir nuestro objetivo (educar en la misma dirección, con unas estrategias positivas y minimizando las dificultades que en toda relación de pareja y de ésta con los hijos pueda existir) el requisito imprescindible es la comunicación.

Mapá y papá tienen que escucharse. Pero ¿cómo hacerlo?, ¿qué escuchar? En esta vida tan llena de responsabilidades y con tanta falta de tiempo es preciso guardar un ratito semanal para hablar de nuestros hijos; al menos 30 minutos al cabo de la jornada.

Compenetrados por su bien

En ese tiempo papá y mamá tienen que eliminar cualquier otro estímulo y centrarse en la conversación. Para ello hemos de:

  • Mantener una conversación y una escucha activa, entendiendo lo que nos dice el otro y despejando todas nuestras dudas. Es necesario que en esta conversación ambas partes expongan su punto de vista y estemos atentos a todo lo que la otra persona nos dice.
  • Centrar el tema en nuestros hijos y no en los de los demás, ni en las impresiones que tienen otros padres, abuelos u otros familiares. Son los padres los que tienen que educar a sus hijos escogiendo las estrategias que crean más correctas aunque se confundan. Para ello pueden valorar los comentarios sin que lleguen a ser imposiciones e informarse con distinta bibliografía o a través de especialistas si fuera necesario.
  • Aceptar nuestros sentimientos y los de nuestra pareja: es el principio básico de cualquier relación.
  • Utilizar un lenguaje respetuoso, tanto en esta conversación como en las que tengamos delante de nuestros hijos y con ellos.
  • Elogiar al otro, un punto relevante que nos reforzará positivamente con nuestra pareja y valorarnos como padres.
  • Corregir si es necesario, pues todos somos humanos y nos confundimos. En esta conversación tenemos que aprovechar también para hablar de los errores que hemos cometido y de cómo resolverlos.

Inculcar valores claros

Hay que buscar soluciones consensuadas porque educar es nuestra misión y no es fácil. Por tanto, debemos tener una visión global y conjunta para llegar a buen fin.

Así conseguiremos no confundir a nuestros hijos, eliminar conductas de chantaje, discusiones innecesarias e inculcar unos valores claros que hagan de nuestros hijos e hijas personas con un futuro estable. De esta forma los niños y las niñas serán adultos con patrones bien consolidados que podrán transmitir a sus hijos e hijas de la misma forma que hicieron sus padres.

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